Brote de dengue en América Latina evidencia urgencia de vacuna

La Organización Panamericana de la Salud advierte que este puede ser el peor año de dengue jamás registrado.

Foto: Martin Mejia/Associated Press

Un brote de dengue se ha estado propagando rápidamente en varios países latinoamericanos. Fumigando una casa en Perú contra los mosquitos para frenar la propagación.

mar 30 de abril de 2024

Por: Stephanie Nolen/The New York Times

El brote de dengue que se ha desarrollado en Latinoamérica durante los últimos tres meses es de una escala impresionante —un millón de casos en Brasil en cuestión de semanas, un enorme aumento en Argentina, un estado de emergencia declarado en Perú y ahora otro en Puerto Rico.

Los mosquitos que propagan el dengue prosperan en ciudades densamente pobladas con infraestructura débil y en ambientes más cálidos y húmedos —un hábitat que se está expandiendo rápidamente con el cambio climático.

Los gobiernos de Latinoamérica confirmaron más de 3.5 millones de casos de dengue en los primeros tres meses del 2024, comparado con 4.5 millones en todo el 2023. Ha habido más de mil muertes en lo que va del año. La Organización Panamericana de la Salud advierte que este puede ser el peor año de dengue jamás registrado.

El panorama rápidamente cambiante de las enfermedades necesita nuevas soluciones, y los investigadores de Brasil brindaron la única buena noticia en esta historia con el reciente anuncio de que un ensayo clínico de una nueva vacuna contra el dengue, administrada en una sola inyección, había brindado una fuerte protección contra la enfermedad.

Dos vacunas contra el dengue

Existen dos vacunas contra el dengue, pero una es un régimen costoso de dos inyecciones, mientras que la otra sólo puede administrarse a personas que ya han tenido una infección de dengue.

La nueva vacuna de una sola inyección utiliza formas vivas y debilitadas de las cuatro cepas del virus del dengue. Fue creada por científicos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y se otorgó licencia para su desarrollo.

$!Atendiendo a un paciente con dengue en Perú, en febrero. El País se declaró en estado de emergencia.

El Instituto Butantan, un instituto de investigación en São Paulo, fabricará la vacuna. Produce la mayoría de las vacunas utilizadas en Brasil y es capaz de fabricar decenas de millones de dosis de esta nueva. El instituto planea presentar la vacuna contra el dengue a la agencia reguladora de Brasil para su aprobación en los próximos meses y podría comenzar a producirla el próximo año.

Pero eso no ayudará con este brote y para cuando la producción se acelere y comience el lanzamiento puede que tampoco sea suficiente para ayudar con el próximo; el dengue surge en ciclos de tres o cuatro años.

Y no necesariamente será de ayuda para el resto de Latinoamérica: Butantan fabricará la vacuna sólo para Brasil. Merck, la farmacéutica multinacional que también obtuvo la licencia de la tecnología estadounidense, está desarrollando una vacuna relacionada que se venderá en el resto del mundo; la eficacia de esa vacuna aún no se ha probado en un ensayo clínico de etapa avanzada.

Y hay demanda de una vacuna contra el dengue más allá de las Américas: los mosquitos están propagando la enfermedad a Croacia, Italia, California y otras regiones que nunca antes la habían visto. Los lugares acostumbrados a lidiar con brotes leves ahora enfrentan brotes sin precedentes: Bangladesh tuvo 300 mil casos el año pasado.

El dengue se conoce comúnmente como fiebre rompehuesos, por el insoportable dolor en las articulaciones que causa. No todo el mundo experimenta ese dolor: tres cuartas partes de las personas infectadas con dengue no presentan ningún síntoma, y entre quienes sí lo tienen, la mayoría de los casos parecen sólo una gripe leve. Pero alrededor del 5 por ciento de las personas que se enferman progresará a dengue grave. El plasma, el componente líquido rico en proteínas de la sangre, puede comenzar a filtrarse de los vasos sanguíneos, provocando insuficiencia orgánica.

Cuando los pacientes con dengue grave son tratados con transfusiones de sangre y líquidos intravenosos, la tasa de mortalidad tiende a oscilar entre el 2 y el 5 por ciento. Pero cuando no reciben tratamiento —porque no se dan cuenta de que es dengue y no buscan tratamiento lo suficientemente rápido, o porque los centros de salud están saturados— la tasa de mortalidad es del 15 por ciento.

Cuando finalmente pase este brote, millones de personas habrán quedado expuestas al dengue. Y necesitarán esa nueva vacuna con más urgencia que nunca.

©The New York Times Company 2024

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