Cientos de nuevos negocios abren mensualmente en la Capital Industrial, sin embargo, solo unos pocos se registran, ya que la informalidad sigue siendo más atractiva para los emprendedores que buscan no pagar impuestos.
Aunque con la pandemia y las tormentas Eta y Iota en 2020 muchos pequeños negocios cerraron, San Pedro Sula es sin duda la ciudad de emprendedores, en donde comenzar su propio negocio se ha vuelto cada vez más frecuente, incluso entre los más jóvenes.
Datos de la municipalidad indican que en 2023 aprobaron 2,681 nuevos negocios, que resultó en un aumento en comparación con el número de negocios que se autorizaron en 2022, aunque no precisaron de cuánto fue el incremento.
En lo que va de este año se han registrado 401 nuevos negocios y, al igual que el año pasado, la tendencia de los que más abren han sido pulperías, abarroterías, salones de belleza, venta de mercadería en general, talleres mecánicos, agencias de viajes, restaurantes, bares, inmobiliarias y servicios de construcción.
En el sistema de la alcaldía hay un total de 43,516 contribuyentes con negocios registrados. Aunque se habla de unas 18,000 empresas activas con sus permisos de operación.
Uno de los tipos de establecimientos que han tenido un “boom” en la ciudad son las cafeterías y cafés, esto gracias a la construcción de nuevas plazas comerciales. Hasta octubre de 2023, la alcaldía registraba 175 cafés en San Pedro Sula. Solo en 2023 abrieron más de 55.
Mientras, el Registro Mercantil de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC) ha documentado 1,741 nuevas empresas durante el primer trimestre de este año, unas 234 menos que el año pasado.
El 58.5% son comerciantes individuales y 41.5% son sociedades mercantiles. La mayoría de las empresas siguen siendo de comercio y servicios.
Es importante señalar que algunos comerciantes, microempresarios o emprendedores se constituyen; pero no dan el siguiente paso en el Servicio de Administración de Rentas (SAR) y en la municipalidad para obtener su permiso de operación, todo esto conlleva a pagar tributos, lo que significa que no están en la legalidad.
Más apoyo
Efraín Rodríguez, presidente de la Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras (Anmpih), dijo que son muchos los retos a los que se enfrentan los micros y pequeños negocios, como los altos costos de energía, los altos costos de la materia prima, la inseguridad, la falta de acceso a financiamiento; pero sobre todo la poca ayuda del Gobierno para impulsar la producción nacional.
Rodríguez señaló que hace muchos años existe una ley que exonera al microempresario con ingresos de hasta L180,000 al año en el pago de impuestos municipales; sin embargo, esta cifra ya quedó desfasada con el paso de los años y debería ser aumentada la cifra que categoriza a una microempresa. “Esa ley se hizo con base en el precio del dólar, que en ese tiempo 90,000 dólares eran 180,000 lempiras, si traemos los valores al presente ya son dos millones de lempiras”, aseveró.
Esperanza Escobar, expresidenta de la Anmpih, declaró que la mayoría de los nuevos emprendimientos comienzan en la ilegalidad, aunque indica que teniendo los permisos es que se puede acceder a créditos en la banca. “Aunque es difícil sacar permiso de operación con todas las normativas que tiene la municipalidad de San Pedro Sula, en otras es más fácil”.
Escobar agregó que el cobro de impuestos debe ser diferenciado para la microempresa y emprendedores, además de que el impuesto de industria y comercio la tasa es sobre ingresos brutos. “El plan de arbitrios es grosero para las empresas”, enfatizó.
Victorino Carranza, presidente de Gremipe, compartió que la generación de empleo sería mucho mayor si el Gobierno apoyara a la mipyme de una forma decidida y contundente.
